"Sustituir importaciones tiene sentido económico". La sentencia de Fernando Lombardo, director de Gerdau Argentina se resignifica en un año durante el cual en el mismo gobierno hay sectores que siembran dudas sobre la necesidad de sostener una política industrial.
El gigante siderúrgico de origen brasileño comenzó en diciembre con las pruebas técnicas de su nueva acería de Pérez. Una planta capaz de producir 650 mil toneladas anuales de palanquilla, el insumo básico de la industria del acero que hasta entonces importaba. El valor de la sustitución es de 100 millones de dólares.
Gerdau es la mayor productora de aceros planos de Latinoamérica. Desembarcó en Argentina en 1998 cuando se asoció con Sipar, la laminadora de Pérez que perteneció a la familia Censabella. Actualmente controla totalmente esa operación. En la planta histórica de la ciudad vecina a Rosario produce 260 mil toneladas anuales de acero para la construcción, fundamentalmente. Desde este verano esa unidad será abastecida por la palanquilla producida en la nueva siderúrgica, ubicada a seis kilómetros.
Con este paso, el grupo completa en Argentina la base de la cadena de producción y convierte a la ex Sipar en una firma siderúrgica. Se suma a un terreno de juego que integran Tenaris y Ternium, del grupo Techint; Acindar, competidora histórica de Sipar, Aceros Bragado y Altos Hornos Zapla. "Estamos orgullosos porque aunque todas las empresas han invertido para adecuarse y ampliar la capacidad instalada, hace más de 40 años que en el país no se construye una acería desde cero", enfatizó Lombardo.
La inversión de 231 millones de dólares fue anunciada en febrero del año 2014, un período convulsionado por la devaluación de ese año pero enmarcado en un modelo que ponía a la industria entre los puntos fuertes de su discurso. Hoy, entre ministros que mandan al sector a hacer gimnasia o que decretan la muerte de la sustitución de importaciones, esas definiciones están en disputa.
En el sector del acero, la problemática conecta con un mercado internacional que hace unos años está afectado por la retracción del comercio y el aumento de la oferta de grandes productores, principalmente China.
Durante la última cumbre de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), que se realizó en Río de Janeiro, las siderúrgicas con plantas en la región pidieron a los gobiernos del continente que voten en contra del reconocimiento de China como economía de mercado en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La industria china fabrica el 50 por ciento del acero mundial Y según denuncian desde la entidad latinoamericana "sus empresas, propiedad del Estado, con estructura de subsidios y capacidad productiva que supera por mucho su demanda interna y una conducta comercial desleal, no se ajustan a las reglas de comercio".
En el país ya hubo pedidos de Acindar y Techint al gobierno nacional para que intervengan en la importación de acero. Lombardo, de Gerdau, coincidió en señalar que China es "una amenaza que está viva", aunque se mostró confiado en que "habrá una política de Estado" para proteger la industria instalada en el país.
Si la batalla del acero a nivel mundial se expresa en escaramuzas de precios agresivos y medidas proteccionistas, en el mercado interno la disputa es por el costo al que las siderúrgicas locales abastecen a las industrias de segundo piso y por el escenario recesivo.
La Cámara Argentina del Acero (CAA) informó que en octubre la producción siderúrgica registró una caída de casi 20 por ciento. El acumulado de los primeros diez meses fue de 3.454.600 toneladas.
La producción de acero y sus derivados genera en la provincia casi cuarenta mil puestos de trabajo. La mayor concentración laboral se da en Acindar y la ex Sipar. Se trata de firmas nacidas en la región, que con el tiempo pasaron a ser multinacionales. La primera, asociada con la india Arcelor Mittal y en el otro caso, con la brasileña Gerdau.
Silvio Acosta, delegado de Acindar en la planta de Villa Constitución, describe: "Acá ya hubo cien retiros voluntarios. En la fábrica de Rosario, de 120 compañeros que había pasaron a 40. A las empresas contratistas, que pagan salarios más bajos que los del convenio de la UOM, la empresa les está achicando el monto de los contratos. Estamos haciendo 90 mil toneladas mensuales, contra 130 mil que hacíamos con actividad normal. Lo que nos dicen es que el principal problema fue la caída de la obra pública".
Sin embargo, la cámara que agrupa a las industrias del acero en Argentina subrayó que la producción de acero crudo de octubre fue de 376.600 toneladas, 16,9 por ciento superior a la de septiembre anterior (322.100 toneladas), informó la Cámara Argentina del Acero (CAA). "A pesar de que todavía el acumulado del 2016 continúa por debajo del anterior, comienza a verse una mejora en los pedidos de materiales, de aceros planos y aceros largos, destinados a la construcción", indicó la entidad. Que agregó: "Comenzaron a reactivarse las obras de infraestructura que estuvieron demoradas en el primer semestre del año, sumándose a esto el incremento de despachos destinados a la fabricación de maquinaria agrícola y acoplados".