El pasado 19 de diciembre, unos 70 vecinos representativos de Rosario y zonas aledañas dijeron presente en la plaza San Martín, frente a la sede del gobierno provincial, para reclamar acciones conjuntas y medidas urgentes contra la inseguridad. Vecinos autoconvocados, distintas vecinales de la ciudad, víctimas de delincuentes que frecuentan determinados barrios rosarinos con absoluta impunidad, ciudadanos apesadumbrados por la muerte de familiares directos como consecuencia de hechos de asaltos, se manifestaron con pancartas pidiendo justicia y soluciones a este tema tan delicado. Es cierto que, como expresa el ministro de Seguridad provincial Daniel Cuenca, esto no se resuelve aumentando el número de policías. Estamos de acuerdo. Pero también es cierto que escasean políticas de inclusión social para cambiar la realidad que padecemos. ¿O alguien se está ocupando de los problemas que afectan a numerosos compatriotas que luego derivan en delitos? A ver, ¿cuántos funcionarios intentan reducir la cantidad de chicos sin escolarización, la drogadicción, el alcoholismo, el desempleo, la ruptura de los vínculos sociales, la ausencia de una alimentación saludable en los niños? La inclusión, señores, debe responder a la igualdad de oportunidades, y esto significa trabajo para todos, salarios dignos, óptima cobertura sanitaria, posibilidad de desarrollo personal, educación y formación. La delincuencia hace estragos en distintos estratos sociales porque no hay voluntad política para terminar con un flagelo que destruye la existencia humana. El consumo de drogas es cada vez mayor y su consecuencia es el delito. Remar (ONG) recibe poco más de 30 llamados telefónicos diarios de personas que piden ayuda porque en el seno familiar hay adictos a ciertos estupefacientes. Ha llegado el momento de implementar medidas tendientes a atenuar la delincuencia. La movilización de vecinos a plaza San Martín sirvió para manifestar airadamente el malestar por la inacción de los dirigentes políticos, aunque es verdad que la concurrencia de ciudadanos no estuvo a la altura de las circunstancias.