"Estamos tan acostumbrados a pedir justicia que ya a esta altura parece que la mendigamos". La voz llegó clara del otro lado del teléfono, y le pertenece a Fabio Páez, el padre de Chiara, la chica asesinada y enterrada en el patio de la casa de su novio, en calle San Martín al 800, de Rufino, el 10 de mayo de 2015.
Es que, a un año de la muerte de su hija, que conmocionó al país, Fabio espera el juicio a los imputados en la causa: Manuel V., novio de la chica y único autor confeso del crimen; la madre de éste, Carolina V., y su concubino, Carlos C. Los dos adultos, primero arrestados, fueron dejados en libertad en octubre del año pasado y fijaron residencia en Venado Tuerto, donde viven y caminan por las calles. Cosas de la vida, Fabio eligió el exilio. Con sus dos hijos más pequeños se fue a vivir a Mendoza. "Sí, es una ironía, pero no podía seguir sometiendo a los chicos de ocho y diez años a todo esto, por su seguridad, para preservarlos", cuenta hoy.
Fabio llegó a Mendoza sin muchos recursos. Con el tiempo consiguió asentarse, algo que "no es nada fácil" para este hombre que hoy cumple 48 años. Su última esposa y madre de los pequeños había fallecido de un cáncer meses antes de la muerte de Chiara. Hoy él está con sus hijos, lejos.
Atado a la causa. Sin embargo, Fabio sigue totalmente atado a la causa. "Hablo con el fiscal todas las semanas, viajo periódicamente a Rufino, tengo a mi mamá de 82 años, a mis otras hijas y mis afectos, que se extrañan. Pero lo hago por un fin de semana. Me vuelvo enseguida", cuenta. Y tiene por qué: "Si me los encontrara directamente (a los adultos imputados) no me podría contener, como le pasaría a cualquier padre, imagino", dice.
Hoy la investigación está en manos del fiscal Mauricio Clavero, que imputó a los adultos como partícipes primarios del crimen. Sin embargo, los últimos resultados de ADN no sirvieron para abonar la teoría de la Fiscalía, es decir, la participación de los mayores en la muerte de la chica, aunque aún faltan algunas pruebas periciales. De ser también negativos, el fiscal podría evaluar un cambio de carátula basado en otra imputación, aunque hasta último momento seguirá abonando la hipótesis de máxima.
Clavero aseguró a LaCapital que la Fiscalía evaluará las hipótesis de investigación con la familia de Chiara y con los abogados querellantes.
Caso conmocionante. Chiara Páez estaba de novia desde hacía unos ocho meses y embarazada de ocho semanas. Fue vista por útima vez la medianoche del sábado 9, cuando se despidió de un encuentro con amigas y prometió volver, algo que no sucedió nunca. Después de una intensa búsqueda, su cuerpo fue hallado sin vida el lunes 11, enterrado en el patio de la casa de su novio.
El caso fue tan conmocionante que desató todo un movimiento que ya tiene nombre y apellido, "Ni una menos", y que generó marchas en todo el país. Entre ellas, las que tuvieron lugar en la misma Rufino, donde los familiares de la joven se pusieron al frente. Allí estuvieron siempre Fabio Párez y Verónica Camargo, la mamá de la víctima.
Además de Chiara, Fabio tiene cinco hijos. Los dos pequeños que viven con él (un nene y una nena) y otras tres mujeres: Yanina, hoy de 29; Tania, de 28, y Romina, de 19, esta última hermana de Chiara por padre y madre. Todas ellas se quedaron en la región.
"Todo está igual". Y todos esperan el avance de la investigación. "Hasta ahora todo está igual, el menor preso y los mayores en libertad. Faltan peritar pruebas, estamos esperando", señala Fabio. Y confiesa que está viviendo este aniversario "con mucha tristeza y mucha impotencia. Una casa donde vivían cuatro adultos y un menor la mataron y la enterraron. Ahora todos los adultos están libres cuando estaba comprobado que ese chico no podía actuar solo. Pidió declarar tres veces y las tres vino con mentiras, porque sus dichos no coincidían, porque eran contrarios a lo que decían los peritajes".
Y tiene la esperanza de que se haga justicia. Es lamentable, algo que tendría que ser normal, como que los delincuentes estén presos y la gente de bien libre. Pero ya se hizo tan normal salir a pedir justicia que ya parecemos mendigarla", razona.
Pocos días después de la tétrica noticia, Fabio hablaba con LaCapital. "Si hubiese habido algún antecedente de violencia por parte del novio y yo lo dejaba pasar, hoy me estaría matando el remordimiento. Pero no hubo nada de eso, el chico era tranquilo, mi ex cuñada había sido preceptora en la escuela donde estudia y él tenía buena conducta, Chiara jamás me dijo nada, y yo sabía que el novio iba a la casa y pasaban horas juntos. ¿Cómo imaginar esto? Por eso digo que es escalofriante, es lo que más asusta, lo que lo hace más macabro. Uno no sabe al lado de quién está", contaba.
A un año de la muerte de Chiara, el hombre piensa y siente igual.
Y el recuerdo de su hija sigue presente entre los habitantes de una ciudad que se vio conmocionada por un caso del que supo el país entero.